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El mal compañerismo puede surgir hasta en los mejores equipos. Una sola persona que se comporta de forma inadecuada con sus compañeros puede llegar a desequilibrar por completo a todo el equipo.

¿Qué hacer cuando un mal compañero pone en riesgo la armonía de tu equipo?

Identifica cuál es el problema

Un problema personal puede estar causando que ese miembro del equipo se comporte como un mal compañero. El descontento con algún aspecto de la organización, también, podría ser la causa. En cualquier caso, es importante conocer qué es lo que está provocando que esa persona se comporte de esa forma.

En algunas ocasiones podrás tratar el tema, de forma directa y abierta, con el miembro del equipo que presenta el problema. En otras será mejor no hacerlo directamente. Eso deberás de valorarlo para cada situación y persona en concreto. Tanto si optas por mantener una conversación abierta, como si no, es importante no centrarse en culpar, sino en interesarse por la persona.

No siempre la persona compartirá con nosotros el problema. Podría ser algo muy personal, que no está dispuesto a confiarte ni a ti, ni a nadie en un ambiente profesional. En algunas ocasiones, la persona ni siquiera se está dando cuenta de que su descontento con algún aspecto de su vida personal o profesional, está afectando a su comportamiento.

Lo más importante, si se decide mantener esa conversación con el miembro del equipo, tanto si se abre a contarnos que le sucede, como si no, es dejar nuestra puerta abierta para que pueda acudir a confiarnos sus inquietudes.

Trabaja con todo el equipo para construir un clima de confianza

Patrick Lencioni, el autor de Las cinco disfunciones de un equipo, advierte que la confianza es la base del buen funcionamiento de un equipo. Si esta disfunción no se resuelve, el resto no podrán ser resueltas.(Puedes descargar el resumen del libro, Las cinco disfunciones de un equipo, aquí) Dentro de un equipo en el que unos confían en otros y la comunicación fluye, el compañerismo surge y se contagia, porque la fuerza y energía de todos es más potente que el negativismo de una sola persona. Esto puede parecer un poco místico, pero es real.

Crear un clima de confianza y respeto es la mejor forma de prevenir este tipo de situaciones. Pero esto no solo es muy útil para prevenir, cuando ya existe un problema dentro del equipo también es necesario recurrir a recuperar y construir la confianza, como base para darle solución. Recuerda que la construcción de confianza es una labor constante que un líder debe de trabajar de forma continua con su equipo.

Comunica las bases de forma clara y precisa

Revisa si las instrucciones, objetivos y responsabilidades se han comunicado de forma clara y precisa. Si los miembros del equipo eluden responsabilidades, pasándoselas de unos a otros, quizás no sea debido al mal compañerismo, si no a la falta de una comunicación clara por parte del líder. La comunicación deficiente también causa rumores y malos entendidos, que pueden provocar conflictos graves dentro del equipo.

Es tu responsabilidad dejar claro lo que esperas del equipo en conjunto y de cada uno de los miembros. Asegúrate de que todos y cada uno de tus colaboradores tiene la información que necesita y esta es clara y precisa.

Tanto si la comunicación hasta este momento ha sido la adecuada como si no, comunica de nuevo al equipo objetivos y responsabilidades. Puedes poner énfasis en lo que parece que está provocando una situación conflictiva, pero hazlo de una forma positiva. No te centres en culpables, enfócate en tareas, objetivos…

Establece límites

Cuando la persona presenta un comportamiento prolongado en el tiempo, que perjudica al equipo de forma clara, es hora de platicar con la persona en privado. Centra la conversación en hechos concretos, no en la persona. No comiences culpando, la persona se pondrá a la defensiva y eso no llevará a ninguna parte. Interésate por su opinión, trata de identificar cuál es el problema y por último, establece los límites. Deja claro que es lo aceptable, y lo que no, dentro del equipo. No olvides centrarte en lo positivo que la persona aporta al equipo y ofrece apoyo y soporte para que el cambio se produzca.

Cada situación es diferente y requerirá medidas diferentes. Estos consejos no son excluyentes y se pueden poner en práctica de forma conjunta o por separado, para resolver el problema.

Gestionar equipos es una misión compleja, pero también muy gratificante. La experiencia te ayudará a resolver situaciones conflictivas, pero también leer es una buena base para acelerar tu crecimiento como líder. Podrás aprender más sobre liderar equipos, con esta selección de libros: 5 libros sobre gestión de equipos que debería de leer.

Mi libro favorito es el de Patrick Lencioni,Las cinco disfunciones de un equipo. He elaborado un resumen con plan de acción que puedes descargar aquí.

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